martes, 2 de febrero de 2010

Tres hijos de desaparecidos evocaron las historias de sus padres

Con todas las partes representadas en la sala, se reiniciaron hoy las declaraciones testimoniales del juicio por los crímenes cometidos en el circuito ABO. El primer turno fue para Fernando Daniel Tocco Basualdo, cuyo padre desapareció el 12 de junio de 1977, un mes antes de que él naciera, de allí que su relato se basó en la reconstrucción familiar del hecho.
“Lo detuvieron en la vía pública, entre la una y las tres de la tarde, no hay testigos del secuestro. Era empleado, no había terminado la secundaria, tenía apenas veinte años”, contó Fernando, quien agregó que desde ese momento su madre, María Esther Basualdo, extremó las precauciones porque también la buscaban a ella. Fernando consignó que los sobrevivientes Ana María Careaga y Miguel Ángel D’Agostino vieron a su padre en el CCD Club Atlético.
Acto seguido, declaró ante el TOF Nº 2 Julieta Risso, hija de los desaparecidos Daniel Risso y Nidia Puerta. “Ella era maestra y tenía un fuerte compromiso con Cristo. Mi papá se crió en Gualeguaychú hasta que terminó la secundaria y se vino a Buenos Aires a estudiar educación física”, detalló, “con mi mamá se conocieron en un campamento de los grupos juveniles de la iglesia”.
Nidia, la madre, era de Villa Celina, donde hacía trabajo de base junto con su marido. “Participaron de Liberación Igualdad Cristiana, donde publicaban una revista. Después se comprometieron más profundamente y militaron en el peronismo, inicialmente en la agrupación 9 de Junio, luego en el MR17 que más tarde se fusionaría con el FRP convirtiéndose en el FR17”.
Mientras iban cayendo compañeros de militancia, las fuerzas represivas los fueron a buscar a la casa de sus abuelos. Golpes, amenazas e interrogatorios debieron padecer sus abuelos y un peón de la pizzería familiar, a quien incluso le llegaron a gatillar sin balas para que hablara.
El 11 de septiembre a la noche, mientras celebraban el cumpleaños de Noel Hugo Clavería, un compañero que vivía con ellos en un departamento de Villa Tesei (por entonces Morón), sintieron pasos en los techos y apagaron las luces. “Enciendan las luces si no abrimos fuego”, gritaron los secuestradores. “Hay chicos y una mujer embarazada”, respondió el papá de Julieta. “Salgan con las manos en la cabeza”, fue la orden. Así procedieron. A Daniel Risso y a Clavería los tabicaron, esposaron y golpearon. A María Esther la hicieron revolver toda la casa en busca de información incriminatoria.
“Los vecinos, hasta hoy, tienen miedo de hablar del tema. Fue un operativo muy grande”, explicó Julieta. A poco de llevarse a su padre, hicieron lo propio con su madre.
Culminado el testimonio de Julieta, fue el turno de su hermano, Pablo Martín Risso, que al momento del operativo era un niño de tres años. “Tengo recuerdos muy vagos de mi mamá y un perro que teníamos”, señaló, “recuerdo que a mi papá lo encapucharon con un vestido de mamá”. Por mucho tiempo, Pablo Martín no pudo ir a ningún cumpleaños porque rompía en llanto.
Pablo confirmó todos los dichos de su hermana. Añadió que los represores le dijeron a su abuelo que el boleto de compra-venta del departamento de Tesei estaba a nombre de su mamá, lo cual, según los represores, era prueba de que se trataba de una casa comprada por “la organización”, ya que habitualmente las ponían a nombre de las mujeres. Vaciaron el inmueble, hay vecinos que aseguran que se peleaban por el botín. Al abuelo le quitaron la chequera, le incautaron los fondos y le robaron la pizzería.
Entre el público, Julieta, su hermana, se abrazaba con Delia Barrera y Ferrando, sobreviviente del Atlético. Pablo, con las fotos de sus padres y visiblemente emocionado, cerró su declaración destacando el valor de que se juzgue a los responsables de la desaparición de sus padres.
Previo al comienzo de la audiencia de hoy, fiscalía y querella pidieron al tribunal que incorporara a la prueba reunida los documentos desclasificados recientemente por la presidenta Cristina Fernández referidos al Batallón 601, en donde figuran nombres de represores y sus respectivos alias (el de Guglielminetti por ejemplo, imputado en este juicio). La querella, tal como hizo antes la fiscalía, desistió dos testigos: la Abuela de Plaza de Mayo Buscarita Roa y su hijo Fernando Navarro Roa. Elevó la petición, asimismo, de que se reprograme la declaración de Natalia Matheu para el 5 de mayo próximo, pedido al cual hicieron lugar los jueces. A las 15.30, finalizado el veredicto de la causa LAPA, declarará el ex detenido-desaparecido Juan Agustín Guillén.

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